jueves, 13 de mayo de 2010

Cae el Sol


Llegué como loca, despeinada y triste. Corriendo y ayunada. Odio levantarme temprano, lo odio. Mi noción del tiempo es tan distorsionada que no logro ordenar mis prioridades y/u obligaciones.

Me senté y escondí la cara entre la banca y mis brazos, esperando a que no llegara el maestro, pero el bullicio postweekend alarmaba mis sentidos. 6 horas de encierro. malditasea.

Entró, tuve que espabilarme y finjir atención, cosa fácil: ojos en blanco, sonrisa a medias y mente al 8 acostado.

De pronto cayeron las ideas, tú leyendo el periódico mientras las palomas lo cagaban, tú sentado en la banca con un cigarrillo, tú con tus audífonos, tú con tus siempre rotos pero impecables jeans, tú.

Yo caminando frente a ti, yo caminando frente a ti, yo caminando frente a ti, yo caminando frente a ti, yo.

Y nunca lo notaste, me tropecé, estornudé, alimenté a las pinches palomas, caminé una, dos, tres, 8 acostado veces. NADA.

Te sigo, sé perfectamente a qué hora llegas a esa banca, a qué hora te vas, qué escuchas, qué lees, qué fumas, por dónde caminas.
Sé que te gusta mojarte en la lluvia y sé que te muerdes las uñas.

Llevo un diario donde anoto cada paso tuyo, tengo un telescopio para internarme en tu sueño, tratar de adivinar.
El monocular que usaba en la ópera lo llevo conmigo, es de oro y perlas, tan fina como siempre, yo.

Mi viewmaster proyecta tu imagen perfecta, sí, aparte de todo llevo una cámara para retratarte.

Viernes:
Te esperé afuera del trabajo, escondiéndome tras el canastaquero, te vi salir, te seguí, compraste un ramo de flores.
POR FIN!!!
Esbocé una sonrisa tan grande que se me desgarró el cachete.
POR FIN!!!
Sabía que sabías que te seguía, sabía que me amabas como yo, sabía que pretendías no verme, y caminé tan campante y segura de mí misma tras de ti.
Entraste por otra calle, llegaste a otro edificio, cambiaste tu rutina, tocaste otro número: el 8, el OCHO!!

¿El ocho?

Bajó con sus piernas de zorra, con sus zapatos de cualquiera, con su cara de atrapahombres, con su escote de goldigger, con el recibimento de flores, con el beso maldito, con.... contigo.

Odio levantarme temprano, lo odio.
Odio ayunar, lo odio.
Odio a las palomas, los cigarros, los pantalones rotos, las rutinas, las bancas, los audífonos, las zorras.
Los odio, lo odio, te odio.

- ¡Ana! te hacen falta vitaminas, salte del salón, y no vuelvas hasta que sepas responder a mis preguntas.

1 comentario:

.:: AlanisMoon ::. dijo...

She's such a slut.
:) thumbs up